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miércoles, 1 de diciembre de 2010

GUERRA DE IRAK - 2003

Irak ha jugado desde siempre un papel central en el mercado petrolero del Medio Oriente y de hecho fue la fuente original del petróleo de la región. Un documento de 1947 de la planeación gubernamental de los Estados Unidos intitulado "United States Petroleum Policy" establece: los Estados Unidos deben de buscar la "eliminación o modificación de las barreras existentes a la expansión de las operaciones petroleras Americanas en el extranjero" y "...promover...la entrada de nuevas firmas Americanas en todas las fases de las operaciones petrolíferas extranjeras". Hasta mediados de los años 50 la mayor "barrera" en Irak era la Gran Bretaña, para quienes el petróleo fue la principal recompensa por su colonización temprana en gran parte de la región. De hecho, cuando la Standard Oil de California aseguró la primera concesión occidental en Arabia Saudita en 1932, un consorcio mucho más grande y poderoso estaba ahí para impedir el trato, la "Iraq Petroleum Company" (IPC). La IPC, de dominio Británico, no pensaba que se harían descubrimientos de nuevos mantos petrolíferos en Arabia Saudita (opinión general de aquella época), y ya contaban con más petróleo del que podían manejar en Irak, así que permitieron a los Estados Unidos hacerse de un pequeño nicho en la península Arábiga. La IPC, precursora de compañías como la BP (British Petrol), Shell, Total (de Francia) y Exxon, suprimió por muchos años las noticias de descubrimientos de mantos petrolíferos en Irak y a través de varios mecanismos mantuvo una baja producción con objeto de mantener precios altos. Estas prácticas restrictivas comenzaron en los años 30 y continuaron hasta los 60’s, como habría de descubrir el Subcomité del Senado Norteamericano sobre Corporaciones Multinacionales en el año de 1974. Un documento interno de la IPC de 1967 demuestra que la compañía descubrió vastos depósitos de petróleo, pero "impidió su explotación y no los clasificó en forma alguna porque la apertura de dicha información habría provocado que las compañías" complicaran su posición negociadora con el gobierno Iraquí.
Sin embargo, los intereses petroleros extranjeros tienen un gran enemigo: el nacionalismo; es decir, las tendencias de los líderes o el pueblo de querer beneficiarse por ellos mismos de sus propios recursos. Por algunos años los nacionalistas árabes fueron liderados por el presidente Egipcio Nasser, quien por mucho tiempo fue máximo inspirador en el mundo árabe por sus desafíos al neocolonialismo occidental. Libia fue el primer país en convertirse en enemigo de los Estados Unidos en 1969. Compañías occidentales en Libia suministraban entonces a Europa con petróleo que era valioso por su cercanía y por su bajo contenido en sulfuro.
Ésta segunda guerra entre Estados Unidos e Irak será también la culminación de un proceso que comenzó hace medio siglo, cuando los Estados Unidos por primera vez emplearon a su "Central Intelligence Agency" (CIA) de forma secreta e ilegal para derrocar a un gobierno electo democráticamente. El Golpe de Estado maquinado por la CIA en contra del Primer Ministro de Irán, Mohammad Mossadeq, comenzó una cadena de eventos que incluyeron la revolución del Ayatollah khoemeini en 1979 en contra del entonces Sha y su mandamás los Estados Unidos. Esta revolución destruyó uno de los "pilares gemelos" de la estrategia americana en el Golfo: el cultivo de estados-cliente autoritarios y antidemocráticos en Arabia Saudita e Irán como fuente de petróleo y bastiones en contra de la Unión Sovietica. La revolución islámica de Irán demandó entonces una reestructuración mayor de la política exterior Norteamericana de la zona. En el mismo año, la Unión Sovietica invadió Afganistán y los Estados Unidos secretamente comenzaron a armar la resistencia afgana antisoviética, así como también a Osama Bin Laden. Esto puso en movimiento una serie de intrincadas series de realineamientos que en última instancia condujo a los veteranos de la resistencia afgana antisoviética a organizar los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en contra de Nueva York y Washington.
Después de la revolución de 1979 en Irán, los Estados Unidos decidieron respaldar al entonces jurado enemigo de los Clérigos Islámicos: el tiránico presidente Saddam Hussein. En septiembre de 1980, Saddam invadió Irán. Cuando parecía que Irán derrocaría a Saddam, la administración Reagan secretamente comenzó a proveerle con imágenes de inteligencia satelital y armamento, incluidos los precursores para el desarrollo de armas biológicas y los ingredientes básicos para los agentes químicos que utilizó, en palabras del presidente Bush, "para gasear a su propia gente". La guerra de Irán e Irak terminó con una terrible pérdida de vidas para ambas partes. Joost Hilterman, quien prepara un libro devastador en el tema Estados Unidos-Irak, ha escarbado entre montones y montones de documentos no clasificados del gobierno de los Estados Unidos, sólo para descubrir que después que Saddam hubo gaseado a 6,800 kurdos en Habalaja el pentágono salió en defensa de Saddam al parcialmente culpar a Irán por la atrocidad. Un nuevo documento no clasificado del Departamento de Estado demuestra que la idea fue planeada por el pentágono, quien a lo largo de todo esto apoyó a Saddam, y afirma el documento además que los diplomáticos norteamericanos recibieron órdenes de apoyar la versión de la culpabilidad de Irán, pero de no discutir detalles. De no discutir detalles, por supuesto, porque la historia era una mentira. Esto, recordemos, fue cinco años después de que la Secretaría de Seguridad Nacional de los Estados Unidos publicó la Decisión Directiva114 –concluida en 1983, el mismo año de la visita amistosa de Rumsfeld a Bagdad- autorizó formalmente billones de dólares en préstamos y otros créditos a Bagdad. ¿Y ésta guerra trata sobre derechos humanos?.
En 1990, Los Estados Unidos permitió a Saddam creer que toleraría su invasión de Kuwait. Cada líder Iraquí desde 1920 ha hecho votos por invadir Kuwait y reunificarla con Irak, Saddam no fue la excepción. Los Estados Unidos abrazaron entonces la oportunidad puesta por la invasión iraquí para ampliamente expandir su imperio de bases militares en el Golfo Pérsico. Cómo el estudioso del medio Oriente Stephen Zunes observa: "Estados Unidos usó la invasión iraquí de Kuwait como una excusa para llevar más adelante su largamente deseada hegemonía militar, política y económica en la región."

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